Antes de empezar, te aviso que la semana que viene quizá no haya edición. Y digo "quizá" porque si encuentro el hueco y me apetece, la haré. Sin embargo, con la Semana Santa de por medio es posible que deba hacer algunos ajustes en mi agenda. Ya veremos qué pasa, tocará ser flexible. :)
La edición de hoy va dirigida a todas aquellas personas que, como yo, alguna vez han creído que reiniciar una estrategia, un proyecto o un "hábito" aseguraría el éxito o la satisfacción.
Si emprendes, probablemente te sentirás muy identificada con lo que voy a contar hoy. Y si no lo haces, seguro que también reconocerás momentos como el inicio de un nuevo año o un nuevo curso.
Rebranding y reconciliaciones
En el mundo de los negocios online es habitual que te vendan la fantasía del rebranding como estrategia para revitalizar tu proyecto.
Y ojito 👀, que a veces no es mala idea. Seguro que recuerdas casos como:
Actimel kids → Danonino
Matutano → Lay's
Bio de Danone → Activia
Doowap → Weikis
Pero, en esencia, es solo fachada; no necesariamente implica cambios profundos en el producto.
Esto mismo sucede con las reconciliaciones sentimentales que no llevan asociados cambios concretos, o al reiniciar hábitos exactamente igual que antes.
Esta no es una newsletter de relaciones de pareja, pero durante varios años ofrecí Terapia Integral de Pareja, y te aseguro que la fantasía del reinicio allí es más fuerte que en ningún otro ámbito.
Y de nuevo, quizás conozcas casos donde retomar una relación, proyecto o hábito, aparentemente sin cambiar nada, funcionó para esas personas. Sin embargo, lo que probablemente no consideraste fueron las variaciones del contexto en que se dio ese reinicio.
Si volvieras con tu ex de hace 10 años, probablemente las cosas serían distintas simplemente porque solemos cambiar bastante en una década. Aunque también es cierto que hay gente que no cambia tanto…
Borrón y cuenta nueva
Muchas personas se aferran a reiniciar sus vidas o profesiones esperando que esta vez todo sea diferente. Y no siempre tengo claro que las motivaciones para esos cambios sean las adecuadas.
Estrenar vida nueva es satisfactorio: a todos nos gusta lo nuevo y los cambios. Pero rápidamente aparece la adaptación hedónica, y lo nuevo acaba convirtiéndose en lo de siempre.
No debemos aferrarnos al cambio solo por cambiar, especialmente cuando puede ser una estrategia encubierta de evitación.
Una vez escuché sobre una persona que cambió todos los muebles del piso que alquilaba solo porque vio que el sofá estaba estropeado.
Es como si un pequeño problema con solución sencilla impregnara todo alrededor, llevándonos a actuar drásticamente. Un "pagar justos por pecadores" en toda regla.
A veces nos quemamos tanto con algo que perdemos la esperanza de que un pequeño cambio sea suficiente, y terminamos abandonándolo parcialmente, atados a la promesa de que "volveremos a intentarlo, pero de otra forma".
Esperas una fecha que no llega
En consulta veo con frecuencia que muchas personas usan falsos checkpoints para plantearse cambios que desean profundamente. Me explico:
Cuando termine los exámenes, tendré esa conversación incómoda con mi pareja para arreglar las cosas.
Cuando pase esta carga de trabajo, comenzaré seriamente una rutina de deporte.
Después de las vacaciones, empezaré a enfrentarme a eso que me provoca ansiedad.
A veces tiene sentido, no digo que no. Pero según mi experiencia, en muchos casos son excusas que nos contamos para evitar pequeñas exposiciones al cambio.
Comprendo el alivio que genera pensar que, a partir de cierta fecha, todo será diferente. Pero observa tu propia experiencia: ¿cuándo realmente se cumplen esas predicciones?
Con la newsletter de hoy no pretendo decir que los cambios radicales o los reinicios no sean útiles. Lo que intento es animarte a mirar con mejores ojos los microcambios.
Pequeños cambios pueden construir, a largo plazo, una vida realmente nueva.
A veces es más práctico pensar en pequeñito y empezar desde ya a hacer las cosas de otra manera, en lugar de seguir fantaseando con algo que quizá nunca llegue…
Simplemente motivador
Siempre que leo o escucho el término reiniciar, -soy un pelmazo con el lenguaje-, me pregunto si en su lugar no debe utilizarse reanudar porque yo creo que las los aparatos, las relaciones, los proyectos solo pueden "iniciarse" una vez, el resto son reanudaciones. Es como el primer beso, solo hay uno.