Ola k pasa,
Observa lo importante que es cuidar nuestras palabras: si es la primera vez que me lees, podrías dejar de hacerlo simplemente por mi forma de saludar, o quizá suceda todo lo contrario.
Te escribo justo después de grabar el episodio del podcast que te dejo abajo, con una mente algo hiperreflexiva. Menos mal que primero escribo a lo loco y luego edito con cordura (si es que tengo de eso).
Lo que te dices
Comienzo desde lo más profundo: tu discurso más privado.
Cuando converso con algunas amigas psicólogas, debatimos sobre lo interesante que sería acceder a los pensamientos de los demás en sus momentos más íntimos. Si pudieras escuchar lo que dice mi mente cuando suelto las riendas por completo, probablemente cambiarías algunas ideas que tienes sobre mí.
Sin embargo, no menciono esto como si no pudiéramos asumir nuestra propia autoobservación de lo que nos decimos. Porque tampoco es bueno permitirnos cualquier tipo de comportamiento o lenguaje simplemente por no tener a alguien que nos mira.
¿Te tratas bien solo delante de los demás, pero en soledad te machacas sin piedad? Pasamos más tiempo solos con nuestros pensamientos que acompañados, así que es algo en lo que deberíamos reflexionar. ¿No te parece?
Si intentas no criticar a la gente frente a los demás para no aparentar ser una persona rencorosa, ¿por qué no intentar controlar eso también en soledad? Se supone que no quieres ser, realmente, una persona rencorosa, sea en solitario o con compañía.
Lo que les dices
Y aunque lo que nos decimos es muy importante, lo que le decimos a la gente también lo es. A veces, en una conversación, sacamos cosas muy profundas que somos capaces de evitar perfectamente en soledad.
Muchas personas no quieren escribir ciertos pensamientos para no hacerlos más tangibles. Incluso puede que te cueste subvocalizarlos, pero cuando no prestas atención, puede que salga todo eso, incluso de forma descontrolada...
Lo que intento explicarte es que quizá mucho de ti se conoce más en interacción con alguien que evoca ciertas palabras. Esto ocurre en consulta, pero no es exclusivo de ese ámbito.
Por otro lado, también es importante observar cómo les hablas, porque puede que te digas que la gente no es tu enemiga, pero, por el contrario, les tratas como tal.
Es obvio que somos incongruentes, pero al menos intentemos conectar propósito y palabras en relación con los demás.

Lo que te dicen
Cuando acuden adolescentes (y adultos) a consulta, a veces les pido que me muestren los reels o TikToks para ver qué les recomienda el algoritmo. Eso me ayuda a entender tanto a lo que se exponen como lo que les interesa.
El proceso es bidireccional. Cuanto más estamos expuestos a cierto contenido, más fácil es que nos atraiga o nos sintamos identificados.
He dejado de seguir a personas porque notaba que algunos de mis pensamientos tomaban tintes que no me gustan. He dejado de leer a autoras y autores, e incluso me he alejado de personas.
Somos el resultado de múltiples factores, y pensar que por ser tú, no te condicionarás, es uno de los errores más arrogantes que puedes cometer como ser humano.
Acércate a personas cuyo discurso esté alineado con el tipo de persona que deseas ser e intégralas en tu rutina. Sin embargo, eso no significa que no te anime a leer y conversar con personas de opiniones muy distintas, pero siempre siendo consciente de lo que ello implica y asumiendo el propósito de dicha interacción.
Podcast
Y aquí llevas el audio del podcast:
Recomendaciones
El nombre del viento. Un libro muy bonito de fantasía que trata la importancia de las palabras. Aviso: la saga no está acabada porque el autor está siendo poco responsable afectivamente. :D
Aquí hay dragones. Un podcast de comedia donde las palabras ganan mucha importancia.
¡Abrazos!
Muchas gracias por tu podcast. Es muy alentador hacia la reflexión. Otra vez, lo he escuchado dos veces.
Tengo una pregunta para ti: ¿Cómo ser asertiva al responder un comentario sobre algún aspecto de mi apariencia personal, que pudiera considerase en algún grado ofensivo? He tratado de tener cortesía en el momento, pero no se me ocurre qué contestar y la mayoría de las veces me quedo callada. En otras, que por fortuna son pocas, contesto algo agresiva y obviamente quien queda mal, soy yo. He pensado alternativas, sobretodo analizando si soy yo quien está a la defensiva, pero a veces, algunas personas lanzan dardos por deporte y quisiera aprender a manejar la situación con sutileza y educación. Quedo atenta a tu respuesta. Nuevamente gracias por tus consejos.
Hola Darío, has hecho que me identifique cuando dices que mayormente estas inmersa en mis pensamientos más que en compartirlos. Puede ser que sea causa de “la sole” y una vez que comparta la vida con gente sea capaz de expresarlos. Todo es un entrenamiento. Gracias por todo tu trabajo y esfuerzo!