¡Buenos días!
Ayer (estoy escribiendo esto el jueves 29 de septiembre) salió Mark Zuckerberg hablando con Lex Friedman mediante sus avatares en un vídeo que probablemente ya se habrá viralizado. Y me hizo pensar pensamientos…
Cuando juegas a algo que utiliza representaciones simbólicas de ti, tiendes a hablar en términos de “soy la ficha roja”, “soy LAS fichas blancas”, “soy un guerrero orco” (???). Lo último para los frikis como yo.
Puede ser muchas cosas, a la vez o de forma secuencial. Incluso te permites “matar” a otros jugadores y ser estratega.
Con esto de los metaversos se supone seguiremos siendo nosotros y nosotras en forma de avatar. Pero no deja de ser un contexto nuevo donde se dispararán nuevos comportamientos y desarrollarán, por tanto, una nueva versión de nuestra identidad.
¿De verdad eres la misma persona hablando por WhatsApp que en persona?
Tú y tus circunstancias
Imagina a un niño que desde que nació fue a una guardería y luego al colegio con los mismos niños y niñas. Ahí era sociable y también algo travieso, incluso el profesor decía que no iría bien en los estudios…
Luego ese niño cambia de colegio en 2º de primaria y aterriza en una nueva clase con nuevos niños y niñas. La exposición a un contexto social bajo esas circunstancias moldean por completo el comportamiento del niño y empieza a actuar de forma tímida.
Recuerda que solo ha tenido que conocer a personitas nuevas una vez en su vida y prácticamente sin prejuicios por ser un bebé.
Se convierte en el niño bueno, tímido y estudioso de la clase…
Ese niño ahora te está escribiendo esta newsletter.
Las explicaciones
Tal vez estudiar y dar la talla en clase fuera mi estrategia de evitación para no llamar la atención y ser regañado. O tal vez no…
Cuando alguien viene a consulta, trata de buscar explicaciones a su comportamiento y a su identidad. Puede que incluso se atrape en círculos viciosos.
No me relaciono porque soy introvertido.
Soy introvertido porque no me relaciono.
Estas explicaciones circulares o tautologías llenan la vida de trampas rígidas que nos atrapan en una burbuja de “autocomplacencia” donde tiene que primar la congruencia entre lo que me digo y lo que hago.
PARA
Porque al otro lado de tus palabras puede estar la vida que siempre has deseado…
La incongruencia
El ser humano es incongruente desde que tiene mente y lenguaje, pero cuando esa incongruencia se da entre nuestro comportamiento y aquello que de verdad de verdad de verdad (DE VERDAD) es importante para nosotros y nosotras, aparece el sufrimiento.
Ojo que esa misma incongruencia puede ser tu salvación.
En consulta me dedico a buscar incongruencias, es mi trabajo favorito. Y no hablo de fallos en el razonamiento, hablo de esos momentos en los que tu mente te dice cosas como “no tengo a nadie” pero tu experiencia te dice que sí.
Tu forma de actuar, hasta ahora, ha intentado ser congruente con todo eso que te dices. Yo estuve identificándome como tímido, incluso cuando me exponía a varios cientos de personas en una conferencia.
Nos gusta llevar razón, incluso cuando esa razón es autodestructiva.
Esa son risita de satisfacción y de victoria cuando alguien consigue demostrarte que , efectivamente, está sola en el mundo y que su vida es una mierda, es una representación perfecta de lo mucho que puede atraparnos, esa búsqueda de coherencia entre lo que me digo y el mundo.
¿Para qué? ¿Para llevar razón?
Que tengas tendencia a ir en una dirección no significa que no puedas andar en otra. Tu norma, o “la” norma, se sigue porque lleva siguiéndose mucho tiempo y ni siquiera se cuestiona; has construido un dogma desde tu limitada experiencia.
Si tu mundo y tu vida te grita que pares o que actúes diferente, ¿va a ser tu mente más importante?
Hola Darío, me gusta cómo representas nuestra identidad y me ha llamado también la atención tu frase diciendo esta pregunta: “ Con todos mis amig@s actúo de la misma forma? Es algo que por mi trabajo me pregunto diariamente cuando atiendo a mis clientes. Por qué cada persona me saca una parte diferente? Es curioso, verdad? Por qué será? Le pasará a todas las personas? Gracias
Muchas gracias por tus reflexiones, Darío.