Antes de empezar, quiero recomendar a una de mis más mejores amigas que, además de ser una persona increíble, también divulga de maravilla.
Ella es Desirée Llamas y también tiene una newsletter donde aprenderás muchísimo sobre emociones y relaciones. Aquí abajo te dejo la cajita para que te suscribas.🤓
Tu propia jaula invisible
Cuando venimos al mundo (si es que venimos de algún sitio), empezamos a aprender pequeñas y grandes lecciones de la vida.
Estas lecciones pueden llegar desde mil lugares (tampoco vamos a escarbar demasiado en eso). Pero te puedes imaginar que algunas vendrán de tus padres, otras de tus amistades, de tu primer amor, del colegio…
Para muchas personas, estas lecciones no suponen un problema como tal. Pero para otras, algunas de estas enseñanzas empiezan a convertirse en barrotes de una jaula invisible que se va construyendo a su alrededor.
Si golpeas esos barrotes, podrías escuchar canciones que empiezan por:
No soy suficiente…
Soy un fracasado…
Nadie me quiere…
Me siento perdido en la vida…
Tengo que darlo todo siempre…
Una jaula que, como no podía ser de otra forma, limita tus movimientos y puede hacerte vivir a medias.
Trata de protegerte, pero en realidad te encierra
Esta jaula que construye nuestra mente también intenta cumplir una función: protegerte. De este mundo, de sus amenazas, de no encajar.
Los barrotes no dejan de ser límites que tu mente te invita a no cruzar, porque si lo haces, podrías:
Quedarte solo o sola
Fracasar
Perderte
Morir
No son situaciones que, a priori, nadie quiera vivir. Y por eso, poco a poco, vamos restringiendo el espacio en el que nos movemos.
Habrá quienes lo llamen zona de confort, pero no creo que nadie se sienta muy confortable en esa situación.
Más bien parece una zona de control. Y si seguimos obedeciendo a nuestra mente, lo más probable es que ese espacio se vuelva cada vez más pequeño y asfixiante.
¿Se puede escapar de la jaula?
Me encantaría decirte que sí. Pero por desgracia, es una jaula que va contigo. No se marcha, igual que no puedes olvidar algo solo porque lo desees.
Ahora bien, puedes aprender a moverte con ella.
Puedes hacer que algunos barrotes se vuelvan más flexibles, incluso llegar a ver esa jaula como un vestido ligero que te acompaña en el día a día.
No es un trabajo fácil, y ojalá nuestra cara siempre reflejara la paz de la chica de esa imagen. Pero lo cierto es que tendrás que exponerte a muchas creencias, a ideas que han dado sentido a tu mundo durante años.
Es casi como si no pudieras reconocerte del todo fuera de esa jaula invisible… aunque sepas con absoluta claridad que salir de ella es lo que más deseas y lo que de verdad te haría feliz.
Cada persona tendrá su forma de entender sus propios barrotes.
Yo solo puedo invitarte a localizarlos, observarlos con curiosidad y empezar a acomodarte a ellos para poder moverte con más ligereza, aprovechando la oportunidad que supone estar vivo o viva.
Mi jaula es que mi padre desde pequeño me decía los hombres no lloran y aún hoy en día me cuesta expresar mis emociones,gracias ❤️
Leerte me ayuda a ver de forma más flexible mi pequeña jaula…gracias