Hoy me he levantado gracioso. Son las 7:36 de la mañana y me han bendito con energía por la mañana.
Tengo la suerte de tener muchos pensamientos a favor de la vida que quiero por la mañana, pero no ha sido siempre así…
Hoy voy a hablarte sobre pensamientos y sobre si existe o no una forma de cambiarlos.
Tu mente
No tú. Tu mente. Porque no sois lo mismo. ¿Estás de acuerdo? Debáteme esto contestando a esta newsletter. Pero antes, termina de leerme.
Tus pensamientos han ido cambiando a lo largo de tu vida. Las cosas que antes te motivaban, pueden no hacerlo ahora. Hay veces que piensas que todo es una mierda y veces en las que te comías el mundo.
Yo hoy me he levantado con energía y motivación, pero ayer no fue así…
¿Sigo siendo yo? ¿O fui una persona diferente ayer?
¿Y tú? ¿Eras una persona diferente en tu adolescencia? ¿Pero tienes recuerdo de aquello verdad? Si te recuerdas allí, si tienes consciencia haber sido TÚ hace tantos años, pero con pensamientos totalmente diferentes, ¿cómo vas a ser lo que piensas?
Hoy te escribo como lo haría una persona con energía y da la casualidad de que es así como me siento, pero también te he escrito con una mente desanimada. Por ejemplo, aquí, tenía un mal día.
Recuerdo cuando escribí esa newsletter y te aseguro que mi mente ahí no estaba como hoy. Ahí no me daba tantos pensamientos a favor de mis objetivos. Ahí no tenía ganas de escribir.
Y yo seguía siendo yo… Pero no mi mente.
La influencia del contexto
Puede que estés de acuerdo conmigo, pero también puede que sigas teniendo el anhelo de conseguir que tu mente SIEMPRE esté a favor de tus objetivos. Es decir, que tu mente siempre te dé pensamientos útiles.
Esto no es un deseo sin sentido. Todo tiene más probabilidades de salir mejor y de disfrutarse más si tienes a tu mente de aliada. Pero no siempre es posible y condicionar nuestras acciones a nuestra mente puede ser la peor de las trampas en las que caigas.
La paradoja es que a medida que actúas y construyes la vida que quieres, tu mente va favoreciendo esos pensamientos que van a favor de lo que quieres. Por ejemplo:
Yo quería lanzar mi propia newsletter para tener un espacio donde expandir mis ideas (pensamiento positivo a favor) y a su vez me daba miedo lo que opinaras de mí (pensamiento negativo en contra).
Cuando buscaba hueco en mi agenda, quise posponer el lanzamiento por pereza (pensamiento en contra) y tuve la esperanza de que me daría tiempo a lanzarlo la semana siguiente y que,
además, estaría más motivado (pensamiento percibido como positivo pero muy en contra de mis objetivos).
Cuando lanzé la newsletter, empecé a sentir presión por no publicar (pensamiento negativo y a favor) y agradecimiento por haberlo conseguido (pensamiento positivo a favor).
A medida que he ido publicando y me habéis ido dando feedback, el miedo al juicio (pensamiento en contra y negativo) se ha ido reduciendo y ha ido incrementando la sensación de que hago bien esto (pensamiento positivo y a favor).
Te darás cuenta de que describo los pensamientos en términos de positivo/negativo y de a favor/en contra. No siempre coinciden, porque hay pensamientos negativos que me han servido mucho. No juzgues todo lo que te dá tu mente, aprende a observarla.
Por lo tanto, sí, mi mente ha cambiado y me ha dado pensamientos más agradable a medida que el contexto también ha cambiado. Pero antes he tenido que cambiar el contexto, incluso sin ganas.
El cambio viene de fuera a dentro.
Cambia el contexto y cambiarás tus pensamientos
Pero no te centres en cambiar tus pensamientos porque lo que hace tu mente es sólo reaccionar a tu vida.
Por supuesto, rumiar es un contexto y aunque hayas cambiado muchas cosas de tu entorno, puede que sigas enredada o enredado a algunas dinámicas de rumia que te alejan de vivir el momento presente.
Cambiando tu entorno, amigos, trabajo, hábitos, conseguirás cambiar muchas de las cosas que sientes y piensas, pero también necesitas de estar en modo automático y hacer las cosas por inercia.
Si experimentas un caso grave de rumia, te recomiendo visitar a un especialista, por supuesto. Puedes ir leyendo esto mientras tanto.
Por lo menos quiero que salgas de aquí con la idea de que sale mucho más a cuenta centrar nuestros esfuerzos en cambiar el contexto que en cambiar nuestros pensamientos.
Podcast
Y si quieres un poquito más, aquí llevas el episodio. 😁
Recomendaciones
En esta ocasión te recomiendo una newsletter que acaba de empezar y que me está gustando mucho:
¡Abrazos!
Me ha encantado tu post. Es verdad que a veces se siente que la mente va por otro lado, como si no fueras tú mismo, poniéndote obstáculos o alentándote otras veces.
Referente a lo de que es menor cambiar el contexto, incluso sin ganas, recuerdo a una amiga que superó una situación triste (ruptura con su novio) obligándose a salir y participar en nuevos grupos (aún cuando no tenía ganas) que le hacían o no pensar en lo otro, o pensar en nuevas cosas. Y sí, yo también pienso que la clave está en cambiar el contexto más que el pensamiento, porque los pensamientos cambiarán a medida que "visitas" esos otros contextos. En ello estoy... ;-)
Gracias por tu post.