Volvemos a la carga después de las vacaciones con el temita predilecto de las redes sociales, CAMBIAR TU VIDA QUE NO TE GUSTA.
Bueno, le daremos una vuelta a eso y hablaremos de sistemas.
Pero antes, ¡los ganadores del Sorteo!
Exactamente 100 personas han participado en el sorteo de un libro tal como anuncié en la edición anterior.
Le he pedido a mi GPT que me diga 3 números aleatorios. Aquí puedes ver el chat.
Ah sí, tengo mi propio DaríoGPT, y si tienes ChatGPT Plus, te dejo que lo pruebes desde aquí:
Y como no puedo deciros los correos de los ganadores por protección de datos, tendréis que quedaros con la frikada hasta aquí. Contactaré a las personas de forma privada.
Lo que también me ha sorprendido es lo mucho que empiezo a conoceros:
¿Cómo de probable eran unas votaciones tan igualadas?
Sistemas VS objetivos
Bueno, y ya entramos con el temita de esta semana, que me empiezo a oxidar si no trabajo. :P
En el ámbito de la productividad, se enfatiza frecuentemente que es preferible crear sistemas en lugar de centrarse exclusivamente en objetivos. Los sistemas nos permiten alcanzar metas de manera más adaptable y contextual.
Ya he mencionado a Donella Meadows y su libro Pensar en Sistemas en ediciones anteriores. Pero de verdad que ha sido uno de mis libros favoritos en 2023. El libro simplifica ideas complejas a través de metáforas ingeniosas.
Sin embargo, este libro no es para todas las personas. Debes tener un interés profundo en estos temas o trabajar en psicología, especialmente en análisis funcional de la conducta. Nunca imaginé aprender tanto sobre comportamiento de una ambientóloga.
El problema con los objetivos es que a menudo ignoran el contexto. Por ejemplo, proponerse hacer ejercicio diariamente sin considerar que no todos los días son iguales; o planear leer cada noche, cuando es el único momento para compartir con tu pareja o familia.
Analizar tu rutina diaria es crucial para identificar qué te ha impedido hasta ahora lograr tus deseos.
Supongamos que Andrés tiene una vida muy sedentaria y que le gustaría salir a caminar todos los días. Así lo hace y empieza a tirar de esa motivación inicial hasta que un día llega a casa y se da cuenta de que le faltan huevos (en la nevera, no me seáis basiquitos y basiquitas).
Durante 3 días todo va bien, pero el cuarto necesita ir de compras y, por ende, ese día no camina. Se consuela pensando que no importa perder un día, que “ya mañana si eso”.
Mañana al llegar a casa se da cuenta de que tiene que poner una lavadora. Andrés, macho, ¿qué te está pasando?
El problema es que Andrés no ha considerado las numerosas actividades cotidianas que interfieren con sus planes. Y no he mencionado las barreras emocionales, como una crisis sentimental, que también pueden afectar tus objetivos.
Sistemas coherentes a tus valores
Es posible que ya tengas un sistema que se alinea con varios aspectos importantes de tu vida. Imagina que Andrés es padre con responsabilidades ancladas a la paternidad, algunas proactivas y otras reactivas, pero firmemente establecidas (por ejemplo, cambiar un pañal es una responsabilidad reactiva y concertar una cita con el pediatra es una proactiva).
El problema surge cuando olvidamos estas responsabilidades reactivas que aparecen inesperadamente, como un hijo/a enfermo/a, y aun así intentamos forzar un sistema muy ambicioso.
Integrar actividades como hacer ejercicio o leer en tu sistema requiere considerar todo lo que ya haces o podrías hacer.
Una vez sabes por qué no haces lo que haces, podrás preguntarte PARA QUÉ si haces lo que haces.
Tal vez estés asumiendo más responsabilidades de las debidas, simplemente PARA evitar sentir culpa.
O quizás necesitas que tus platos sean obras de arte dignas de Instagram PARA no sentir la frustración de que “todo está fuera de su sitio”.
Todos esos PARA QUÉ surgen de la evitación, y no tanto de tu intento de conectar más con tus valores. Necesitamos revisar esto y, tal vez así, encontrar más espacio para incorporar otros sistemas.
Sistema e identidad
En el libro Hábitos Atómicos de James Clear se habla de esto y todos coincidimos en que era la idea más potente de este libro. El problema es que las estrategias basadas en mentalismos no suelen funcionar.
Primero, debes identificar lo que ha sido y es importante para ti, y luego conectar, si es posible, ese nuevo sistema a esos valores.
O como diríamos en psicología: “vamos a derivar funciones apetitivas hacia nuevos comportamientos”.
En ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso) hablamos mucho sobre identidad, pero James Clear lo expone mejor que Steven Hayes en su libro “Sal de tu mente, entra en tu vida”. Las cosas como son, por mucho que le debamos al tito Hayes (ojo que yo a él también le critico cosas, pero no es momento hoy).
Quizás nunca hayas sido una persona deportista, pero podemos establecer otras conexiones.
Hacer deporte = cuidar tu cuerpo = ser más libre para moverte.
O así:
Hacer deporte = cuidar tu cuerpo = llegar con más vitalidad a la vejez y disfrutar de tus hijos
Configurar un estilo de vida supone que aceptar que esto es un compromiso a largo plazo (o para siempre) y no solo para alcanzar un objetivo puntual. No es crucial leer 12 libros al año, lo importante es cultivar el hábito de la lectura.
La planificación como estrategia de evitación
Perdón si soy pesado con esto, pero es un problema real. Nos pasamos la vida fantaseando sobre cómo deberán ser las cosas y la planificación puede ser simplemente una estrategia de evitación a la hora de lanzarte, de verdad, a hacer las cosas.
No vas a tener el sistema perfecto, no te pongas a escribir todo lo que quieres hacer y haz lo que sea mientras escribes. Tener ese registro diario puede ayudarte a valorar tu estilo de vida y hacer pequeños cambios. Pero tirar la casa y volver a construirla de nuevo es una fantasía demasiado atractiva.
No va a ver curso ni agenda que te cambie la vida: empieza ya a cambiar tu vida.
Aquí todos estamos improvisando un poco y probablemente tengas que fallar una y otra vez antes de diseñar tu sistema perfecto coherente.
Vamos viendo qué pasa este año. Os dejo esta encuesta abierta aquí para que veáis el mood de la gente. Ya somos 946, por cierto, cuando lleguemos a mil haré algo.
Algo nuevo
Y para terminar, he decidido cosas…
Voy a dejar de hacer el podcast en abierto y, a cambio, lo realizaré dentro de substack, pero dándole algunos toques clínicos.
Ya no disfruto tanto el proceso de grabar el podcast y subirlo a las diferentes plataformas. Tampoco le veo tanto sentido en relación con lo que quiero ahora profesionalmente.
Voy a lanzar la suscripción al mínimo precio posible dentro de substack, no quiero enriquecerme con esto (tampoco creo que pueda). Y dentro encontraréis:
El podcast privado con:
Análisis del tema elegido para la newsletter
Forma que tengo de abordar en terapia lo que hablo en la newsletter
Ejercicios y metáforas que uso en consulta
Una masterclass mensual de preguntas y respuestas que quedará grabada
Acceso a todas las ediciones de la newsletter.
Lo que se me vaya ocurriendo. 😁
No te pierdas las próximas ediciones porque haré una oferta de lanzamiento que dejará el precio tirado por los suelos.