La semana pasada no hubo edición por la sencilla razón de que no pude escribirla. 🥲
Bueno, sí podría haberla escrito si hubiera:
Entrenado menos.
Reducido el descanso del almuerzo.
Dormido menos.
Trabajado el fin de semana.
En fin, todo eso.
Y no voy a ser hipócrita, he trabajado en fin de semana por infinitos motivos. A veces también he renunciado a un día de gym o a más tiempo de descanso. Pero no quiero que ADE, ni nada de lo que hago de forma individual, se convierta en una imposición. Para mí, divulgar o crear contenido desde mi “marca personal” (xd) es algo que quiero hacer motivado por la satisfacción, no por la culpa.
Sinceramente, creo que es importante reconocer qué cosas de tu vida haces porque realmente las quieres y cuáles sólo porque “tienes” que hacerlas.
Tu experiencia construye reglas que sólo pueden romperse con otras… experiencias
Un ejemplo sencillo que, por supuesto, no tiene que ver con nadie que conozcamos:
Nacho es un chico que vive algo que llamaremos «ocio por compensación». Se traduce en una regla que dice: necesito jugar a un videojuego al final del día para sentir que desconecto o que la jornada no ha estado dedicada exclusivamente al trabajo.
El problema es que eso perjudica su higiene del sueño, así que decide explorar nuevos hábitos: no usar pantallas a cierta hora y acostarse temprano. Ya jugará en otro momento…
Empieza a seguir el plan y lo estabiliza. Ahora duerme ocho horas y nota mejoras en su salud física y mental. Se siente más productivo y, en general, más feliz.
El problema llega cuando se da cuenta de que ya no cultiva ese ocio tan importante para él, y lo hace desde una nueva regla: «jugar a videojuegos es una pérdida de tiempo y me estropea el sueño».
Si quiere moverse con flexibilidad, tal vez tenga que exprimir otros escenarios: jugar por la mañana, antes de la cena, cambiar la hora del entreno, etc.
En definitiva, tendrá que volver a vivir nuevas experiencias que le ayuden a construir nuevas reglas que quizá luego tenga que romper… viviendo nuevas experiencias. Y así hasta que se muera.
Después del hacer, viene el no hacer.
He identificado dos perfiles contrapuestos entre quienes tienen cierto espíritu emprendedor:
Quienes no se han lanzado a la piscina.
Quienes no encuentran la escalerilla para salirse de ella.
A veces, pasar de un lado al otro es inevitable si terminas lanzándote. En parte, por el contexto: pocos proyectos no exigen mucho tiempo y sacrificio al principio para que funcionen. Ese sobreesfuerzo —pasarte de las horas habituales— es prácticamente inevitable al inicio.
Si pienso en esa persona que recibe el pago único (renuncia al paro y lo cobra “de golpe”) y se da de alta de autónomo, no me atrevería ni a sugerirle que no trabaje más de 40 horas semanales. Si, además, ha pedido un crédito, está en fase de sprint permanente.
A todo esto se suma el miedo a que una idea no funcione y a que la gente de tu alrededor se decepcione.
Es muy típico al inicio de cualquier proyecto: primero temes que la gente no valore lo que haces; después, que sólo te valoren por TODO lo que haces. Puedes acabar en una trampa perversa alimentada por el miedo al rechazo.
Por suerte, no siempre es así. Existen muchas formas de validar una idea de negocio antes de arriesgar tanto. El problema es que estas metodologías no siempre se conocen y, además, podemos fallar en la toma de decisiones y no hacer un buen análisis de riesgos.
Y de todo esto tengo muchas ganas de hablar, pero no siento que este sea el espacio… así que he decidido lanzar otra cosa. 🤡
Tras el humo
¿Y VálidaMente? VálidaMente es un proyecto completo, con una comunidad de psicólogas y profesionales de la salud, donde hablamos de construir proyectos alrededor de la profesión. De hecho, aquí hay grandes novedades que desvelaremos pronto.
En Tras el Humo, por ejemplo, no hablaré de herramientas digitales, pero sí de lo que cuesta elegir una y de la paradoja de la elección.
Este nuevo espacio, de momento, no pretende construir comunidad ni membresía. Quiero centrarme exclusivamente en el contenido y en cristalizar muchas de mis ideas. Además, el formato será distinto a lo habitual y no estará centrado en la newsletter, aunque exista. ¿Qué te puedo confirmar?
Habrá contenido en vídeo y usaré directos.
Quiero dar más espacio a las preguntas de la audiencia.
De momento, la frecuencia será mensual.
Estoy planificando el lanzamiento para finales de octubre o principios de noviembre. Necesito cerrar algunas cosas antes y no sentir que lo encajo con calzador.
¿Y Aterrizaje de Emergencia? Seguirá como hasta ahora, dando espacio a otras ideas que quiero divulgar sobre psicología y filosofía en general. No te asustes: mi corazón no está exclusivamente con las personas emprendedoras.
Me ha costado mucho dar este paso, pero llevo ya un año con la mosca detrás de la oreja y necesito quitarme la espinita ahora que puedo.
Pues ahí estaremos para leerlo todo!