El humo de tener una vida con propósito
¿Cómo llevamos a tierra el sentido de la vida?
Me dijo que no estaba seguro de que todo el mundo tuviera que tener uno.
Y yo le dije que tenía razón.
Al menos, si se refería a la forma en la que los gurús y los gymbros hablan del propósito. Pero no era de eso de lo que yo hablaba.
Me quema mucho el humo que hay en torno a este tema, porque nos pone muy difícil trabajar con valores personales a quienes intentamos hacerlo de la forma más precisa posible.
Entonces, le planteé lo siguiente:
“Defíneme un día bueno y lo que haces en él”.
“Ahora, defíneme lo contrario”.
En la descripción de esos dos días aparecieron comportamientos concretos. Interesante, ¿verdad? Pero también aparecieron CUALIDADES de dichos comportamientos. ¿No es esto todavía más interesante?
Ya sabrás (o no) que suelo utilizar verbos y adverbios para empezar a jugar con los valores de cada persona. Pues bien, el chico pudo describirme sus valores en términos de verbo + adverbio.
Luego le pregunté:
— Si un día es así, ¿dirías que ha sido un día con propósito? — ¿Y si así fuera toda la semana? ¿Sería una semana con propósito? — ¿Y si la mayor parte de tu vida fuera así? ¿Habrías dicho que tuviste una vida con propósito o valiosa?
Te imaginarás la respuesta…
Una vida valiosa no se compone de:
Conseguir el trabajo de tu vida.
Viajar por todo el mundo.
O formar una familia.
Una vida significativa tiene más que ver con la forma en la que consigues (o no) tus objetivos, que con el hecho de conseguirlos.
Y ahora, te dejo con tu semana. Ya me dirás si es valiosa o no. 😉

