¿Fusionarse con ChatGPT o depender de él?
¿Cómo será nuestra relación con la Inteligencia Artificial en unos años? ¿Habrá o no habrá simbiosis?
Hoy vamos a tener una edición experimental. Es lo que tiene dejar de escribir una semana: mi mente no deja de generar ideas un poco más locas de la cuenta.
Últimamente, estoy muy interesado en la construcción del Yo y, en concreto, en su forma de adherirse a la tecnología.
Te pongo un ejemplo sencillo:
Desde la aparición del teléfono móvil, hemos desarrollado un montón de conductas privadas y públicas que incluso pueden tintar nuestra identidad. Estoy seguro de que la gran mayoría de las personas que me leen saben dónde está su teléfono, igual que pueden notar la posición de sus piernas.
Tanto es así, que algunas personas sienten hasta ansiedad si no salen de casa con el móvil. ¿Es esto malo? En algunas situaciones probablemente sí, y en otras no tanto.
En el caso de la Inteligencia Artificial, creo que podemos vivir cositas todavía más interesantes… pero ahora lo veremos.
Yo ya no soy yo, ahora somos nosotros
Creo que muchas personas habrán notado cómo, al formar una familia, adoptar una mascota o, en general, al cambiar un poco su contexto interrelacional, su percepción de sí mismos cambia un poco y tienen más en cuenta a sus seres queridos.
Ahora las decisiones están condicionadas por toda esa gente que les importa, igual que si tienes una lesión en la pierna, acabarás por adaptarte a dicha lesión. No cogerás las escaleras que habitualmente coges, no te levantarás de la misma forma, incluso puede que duermas distinto.
No digo que tener familia sea una lesión, pero desde luego el individualismo se puede percibir como un escenario más “ágil y libre”, y por eso hay personas que evitan estos compromisos.
Te he puesto lo malo, pero porque el resto de lo que viene será bueno…
Cuando hay equilibrio y sientes que el “nosotros” es una fuente de apoyo, también notarás menos soledad a la hora de enfrentarte a tus problemas. Cuando te veas al límite, podrás recordarte que hay alguien ahí que puede ayudarte.
No siempre es así, pero si tenemos un buen entorno y no tendemos a creernos superhéroes o superheroínas, tener apoyos acaba convirtiéndose en un estilo de vida.
Ok Google
Yo me he criado prácticamente con Google como herramienta fundamental a la hora de resolver cualquier problema.
Sé que no es así para todo el mundo, incluso de mi generación, pero mi percepción de autonomía se ha visto reforzada enormemente por Google.
Desde siempre, cuando he tenido un problema —vamos a decir “técnico”— he podido resolverlo con una pequeña búsqueda en Google. Nunca he intentado resolver ningún problema psicológico con Google, pero sí he investigado mucho sobre psicología utilizando este buscador.
¿Que se estropea el grifo? Seguro que algo encontramos en WikiHow o en YouTube.
¿Quiero aprender a poner publicidad online? Fijo que alguien hizo un curso.
¿Necesito encontrar un supermercado cerca de este pueblo? Fácil con Google Maps.
¿Genera esto dependencia? Bueno, en parte sí, pero no todas las dependencias son malas, siempre y cuando seamos conscientes de las consecuencias.
Yo me obligo a preguntar en algunas tiendas o por la calle a la gente, simplemente para obligarme a estar en el mundo. No es algo que necesite, es algo que quiero…
El tema es que ChatGPT todavía es más potente que Google, dándote la fluidez de estar interactuando con algo (¿alguien?) que te responde de forma concreta a lo que tú quieras saber. Ahorrándote no solo la búsqueda y el cribado, sino también tener que escribir, si usas el modo de voz.
Yo ya no soy yo, ahora somos nosotros (y la IA)
Antes de seguir, a ver qué contestas:
Yo tiendo a hablarme en segunda persona, aunque a veces me descubro hablando en primera. No he encontrado ningún estudio que me convenza del todo sobre el aparente motivo de esto, pero sí que te puedo decir que tratarse con amabilidad, uses el pronombre que uses, siempre te vendrá bien.
Y aquí es donde entra la IA, que empieza, con suavidad, a formar parte de nuestro día a día. Sé que no es así para todo el mundo, pero en consulta ya empiezo a ver casos de usos íntimos o personales.
Y eso que no hablamos de los más jóvenes, que muchos no conciben su vida sin el uso de ChatGPT.
Ya no solo le preguntan sobre alguna materia de clase, incluso para usos cotidianos, como analizar una conversación de WhatsApp para saber qué contestar o evaluar si la persona que les gusta tiene red flags o no.
Mi hipótesis es que esto irá a más y que ChatGPT se irá convirtiendo cada vez más en una parte fundamental de nuestra vida. Llegando incluso a la construcción de un nuevo yo, uno que asuma que, además de lo que originalmente construye nuestra mente, tendrá el apoyo de la IA.
¿Qué le veo de malo a esto? Muchísimas cosas, pero muchísimas… Lo que ocurre es que quiero continuar esto en los comentarios de esta publicación y desarrollar una segunda parte de esta edición para la semana que viene en función de lo que lea. :)
Muy interesante aprender a manejar la tecnología para resolver problemas ,pero escucharse asimismo para ser coherente con lo que uno quiere ,gracias
A mí me ha sorprendido . Tengo un día a dia con ella y me siento potenciada . Pero se que es un instrumento que analiza y es mi creación . Como todo . Depende del uso pero mejor como dicen : conoce a tu enemigo ..