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🎯¿Qué comparten todos los libros de productividad?
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🎯¿Qué comparten todos los libros de productividad?

Las 3 recomendaciones que más funcionan

Te prometo que en algún momento retomaré mi recorrido por los 6 principios/procesos de ACT. Pero es que hoy una suscriptora me ha preguntado algo:

“Hola Darío, espero que estés bien, quería proponerte un tema para la newsletter y el podcast. Porque hay infinitas técnicas y libros para ser más productivas pero al final siento que todos hablan de lo mismo, ¿no te parece?”

Estoy completamente de acuerdo en que todas estas metodologías comparten algo en concreto, pero no solo os voy a hablar de ese común denominador. Sino que voy a darle una vuelta al uso de estas metodologías.


¿Qué comparten Tim Ferris, Oliver Burkeman y James Clear?

Hay infinitos autores que hablan sobre productividad, pero no son pocos los que te hacen un libro de algo que podría caber un tweet.

Me fastidia bastante que me repitan una y otra vez el mismo mensaje durante 200-300 páginas, simplemente porque son el número de páginas que pide la editorial. Sobre todo cuando eso de lo que me hablan ya lo he leído en mil sitios diferentes.

Con esto no estoy diciendo que no haya buenos libros con buenas ideas en su interior. Además, la forma en la que escribe James Clear es envidiable y te aseguro que pocas personas van a hablarte de modificación de conducta de una manera tan digerible como él (aunque se invente términos para técnicas que los conductistas ya utilizaban antes de que él naciera).

Desde mi punto de vista completamente sesgado, como todos los puntos de vista, estas son las ideas en común que detecto en la mayoría de trabajos sobre productividad:

  • Detectar la tarea importante

  • Eliminar las distracciones

  • Reducir la multitarea

Da igual de qué estés hablando, si del sistema P.A.R.A. de Tiago Fortes, del Getting Things Done de David Allen, del Time Blocking (o boxing) o de la técnica Pomodoro. Todas y cada una de estas metodologías te ayudan a lo que te he dicho arriba.

Yo estoy a favor de utilizar cualquier técnica que permita organizar los procesos y no estar tirando siempre de memoria. Sea una agenda, una lista de tareas o una pizarra, te animo a elegir un formato y descubrir la mejor metodología para ti, porque la forma en la que se organiza la información y los procesos es muy personal. No creo que exista la mejor metodología para todo el mundo, pero sí creo en que debemos hacer caso a los 3 puntos en común que menciono arriba.


Detectar la tarea importante

¿Será que esto huele a valores? ¿Será que estoy recorriendo los 6 procesos de ACT utilizando otros temas “sin que te des cuenta”? Nah, imposible.

Recuerdo hace años cuando me regalaron un libro de Gary Keller y Jay Papasan (algún día haré yo algo con mi propio Jay) llamado Lo Único. En inglés sería The ONE Thing, que queda mejor, pero se entiende.

Luego lees 4000 semanas de Oliver Burkeman que te habla un poco de lo mismo, pero con una perspectiva diferente y más existencialista. Bien Oliver, este es el camino.

star wars storm trooper action figure
Photo by Michael Marais on Unsplash (sólo para los que hayan visto The Mandalorian)

Saber qué tienes que hacer parece fundamental, ¿por qué no siempre lo tenemos claro? ¿Cómo podemos tenerlo claro? Si no te has preguntado esto alguna vez lo más probable es que seas una IA.

Si escarbamos un poco y vamos al núcleo, tendremos que preguntarnos qué queremos de la vida y cómo queremos actuar en ella. ¿Cuál es nuestro comportamiento identitario? ¿Qué clase de persona quiero ser? Saludito a James Clear en Hábitos atómicos con esto.

Pero para descubrir lo anterior tendremos que recorrer nuestra historia y movernos por el presente con sensibilidad y apertura. Puede que aquello que quieres esté detrás de algo que evitas, ¿has pensado en esto alguna vez?

Por eso es muy difícil conectar con lo importante si tienes las manos pringadas en una lucha interminable. ¿Son tus miedos? ¿Será tu perfeccionismo? No lo sé, pero a veces estas cosas pueden distraerte demasiado…

Cuando doy terapia en jersey o consultoría en sudadera (sí, es que los emprendedores vamos en sudadera), hacen falta pocas preguntas para que la persona me diga “si sé lo que tengo que hacer, pero…”.

Con esto no quiero decir que la presencia de un profesional en determinadas áreas no sea necesaria. Una persona no tiene por qué saber cómo hacer una jerarquía para realizar una exposición a algunos miedos o si debe empezar a hacerse una web antes que un perfil en LinkedIn para su negocio. Hay situaciones en las que no sólo está bien que nos digan por dónde empezar, sino que será imprescindible.


Elimina las distracciones

Hay distracciones que “buscas” y otras que te “encuentran” y ambas pueden existir porque te resistes a experimentar alguna cosita. Me explico.

Cuando estás ante una tarea que no quieres hacer por los motivos que sea, será muy muy fácil que tu mente empiece a dar volteretas buscando qué otra cosa es mejor o más agradable. De esta forma evitarás exponerte a la SENSACIÓN que viene asociada a la tarea que detectas como importante. Luego tu mente te dará excusas para suavizar esa disonancia cognitiva que experimentamos cuando no nos estamos encargando de lo relevante:

  • Ya mañana si eso

  • No estoy preparado o preparada en este momento

  • El lunes tendré la motivación necesaria

  • Me quito esto de encima y ya luego me pongo con la otra tarea

  • Etc.

Las distracciones que te encuentran son todas esas que aparecen en tu vida a nivel micro (una llamada, WhatsApp, RRSS, el correo) o a nivel macro (responsabilidades que no te tocan, personas que se aprovechan de ti, actividades que se mantienen por algún tipo de trampa).

Las distracciones más micro se solucionan “pronto”, aparta el teléfono de tu entorno y quita las notificaciones. Pero las que considero más macro, tal vez requiera poner límites a personas, considerar qué cosas haces por rigidez (hacer demasiado deporte por algún problema con tu cuerpo, ir al banco presencialmente por miedo, quedar con personas para que no te abandonen, etc…) y tomar decisiones importantes (dejar un trabajo, una pareja, una casa…).

Estas grandes distracciones hablan del contexto, algo que no siempre puede modificarse, y de lo que podría hablar 20 ediciones más. Porque a veces me encuentro a mamás y a papás que quieren hacer muchas cosas, pero tienen “distracciones” y distracciones.

Ir a por los niños es una “distracción” (sí, entre comillas), cuando es lo que tienes que hacer para ser un buen padre o una buena madre, pero aún no asumes que en tu vida no encajan muchos más objetivos. O que, si pudieran encajar, tendrán que ser limpiados de expectativas.

Hacer siempre la comida en casa es una distracción (sin comillas) porque tal vez es una tarea que has asumido por lo que sea (machismo) y podrías repartirla con tu pareja para disponer de más tiempo libre y encargarte de aquello importante que quieres hacer y no puedes.


Evita el multitasking

Esto tiene mucho que ver con lo de arriba, pero poner sólo dos elementos me parecía menos memorable que 3. El 3 es un número más bonito y más mágico, ya lo dijo Johann Nepomuk Hofzinser.

Johann Nepomuk Hofzinser sin saber qué pinta aquí

En realidad, cuando hablamos de multitasking, hablamos de saltar de forma frenética entre tareas, porque lo cierto, es que no podemos hacer realmente varias cosas a la vez.

Además, cuando cambiamos de tarea estamos dándole caña a nuestro coco y eso supone un desgaste (el mayor desgaste de hecho).

Consumimos más energía intercambiando entre tareas que manteniendo nuestra atención en una de forma sostenida. Puedes leer más de esto en la newsletter de mi compi Ramón Nogueras. Es un artículo de pago, pero desde luego merece mucho la pena.

Si eres una de esas personas que piensa que puede rendir bien haciendo varias cosas a la vez, sólo me queda decirte que vives en una trampa.

Las personas que hacen multitarea de forma frecuente tienen problemas de memoria. No hay evidencia que apoye que la multitarea es beneficiosa para absolutamente nadie.

Así que, si crees que eres una persona 4x4 por ser capaz de llevar muchas cosas a la vez, imagina qué tipo de persona serías si sólo las llevaras de una en una.

¿Por qué una persona mantiene el multitasking? Tal vez por no ser capaz de abrirse a sentir el FOMO (miedo a perderse algo) que supone dejar el móvil a un lado, o por no ser capaz de considerar que no todo es tan urgente como piensa. Esto estará sujeto a un buen análisis funcional de esos que me gustan. De esto os hablo más en profundidad en el podcast.

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