Hablar de valores supone hablar de un nuevo tipo de felicidad. Una felicidad que trasciende al síntoma y que conecta con nuestra parte más identitaria, una parte nada superficial y que requiere de cierta sabiduría, pero no nos adelantemos, hoy toca hablar de cosas importante, hoy toca hablar de valores.
¿Qué son los valores?
Según Hayes, los valores son cualidades elegidas de ser y actuar. Los valores suelen traducirse en verbos junto a adverbios que describen nuestra forma de dirigir nuestra vida (Maero, 2022).
Puede que el texto de arriba se merezca un par de lecturas más, pero a partir de aquí la cosa será más digerible, te lo prometo. :)
Cuando alguien trata de encontrar sus valores, está mirando su historia y reconociendo qué comportamientos se han traducido en una sensación de coherencia y plenitud.
Te pongo un ejemplo, para mí supone mucha satisfacción [buscar soluciones conscientemente]. Por eso mi trabajo me llena tanto, pero si tuviera que hacerlo en un gabinete donde las sesiones fueran de 30 minutos, te aseguro que la satisfacción estaría lejísimos de mí. Y por eso llevo tan mal las prisas, sobre todo cuando soy yo el que las provoca y acabo trabajando buscando soluciones rápidamente. Esto aparentemente sería solucionar, pero no conscientemente.
Pero el grado máximo de incoherencia aquí lo sentiré si veo que hay algo que no estoy solucionando (por pereza, por inseguridades o por lo que sea) y que encima mi vida está yendo demasiado rápido por haber metido demasiado trabajo.
Otra de las cosas que más me llenan es ayudar a los demás. Es una de las cualidades que más suelen señalar mis allegados. Suelo ser esa persona que está ahí si lo necesitas y que, además, tratará activamente de buscar una solución contigo.
Aunque, si te digo la verdad, [ayudar desinteresadamente] es lo que verdaderamente tiene sentido para mí y por eso me costó tantísimo cobrar por mi trabajo al principio. Porque, así es, amigos y amigas, no siempre podremos actuar de forma coherente a nuestros valores y, a veces, tendremos que hacer concesiones. Pero de esto hablaremos en otro momento.
Valores y metas
Es importante que tengas claro que una meta no es un valor, porque las metas se acaban una vez las alcanzas, pero los valores te acompañarán hasta el final de tus días.
No es lo mismo ahorrar 5000€ ser una persona ahorradora, igual que tampoco lo sería ahorrar 500€ al mes. Esto es fundamental que lo entiendas porque justamente las metas a veces no pueden cumplirse por determinados factores externos o circunstanciales, pero eso no tiene por qué alejarnos de la sensación de coherencia.
Aquí buscamos la flexibilidad alineada con valores y eso quiere decir que si, por ejemplo, tu coche se estropea y eso te genera un gasto extra, no te machaques ese mes si solo puedes ahorrar 50€. Lo importante es que has actuado como una persona ahorradora de forma general.
El comportamiento es el que genera la satisfacción y no tanto el resultado, por eso es tan crucial detectar tus valores y conectarlo con la forma de actuar que tienes.
De hecho, localizar valores nos permite incluso conectar acciones aparentemente alejadas de ellos. Te pongo otro ejemplo:
Supón que no encuentras nada de satisfacción en el deporte, pero tienes problemas de espalda y cuando te da una crisis de dolor dejas de estar disponible para ayudar a tu pareja en algún problema o disfrutar alguno de vuestros planes favoritos.
De repente hacer deporte se ha convertido en una acción dirigida a valores y esto te resultará más motivador que el “simple” hecho de tener la espalda más fuerte.
Esclarecer valores
Antes de seguir, te hago una pregunta:
No hace falta que seas capaz de traducir en palabras tus valores, a veces puede ser un poco ambiguo y un valor es mucho más que lo que decimos de él. Ponerle un nombre o una idea te ayudará a reflexionar sobre la coherencia, pero si ves que cada día lo llamas de una forma, tampoco hace falta que te machaques.
Yo hablo de solucionar, de construir o de diseñar cuando me refiero a lo que siento en psicoterapia o creando esta newsletter. Hay algo común que localizo en lo que estoy haciendo aquí, que también aparece cuando me pongo a montar un Lego.
No puedo comparar montar un Lego con ayudar a una persona con su problema de ansiedad, porque desde luego esto último es mucho más complejo y significativo. Pero sí veo matices que encuentro cuando construyo un Lego en la psicoterapia o en la psicología que no encuentro en otras formas de ayudar a los demás que sí he experimentado.
Por ejemplo, cuando tenía 20 años era socorrista en la playa y tuve que hacer varios rescates. En algunos casos hasta puse en riesgo mi vida (me dieron una medalla y una bronca por esto) y aunque claramente sentí la satisfacción de ayudar a alguien, no es ese el camino que me gustaría seguir porque no estaría buscando soluciones de forma consciente y constructiva. No obstante, hay personas que disfrutan formando parte de una ambulancia o un equipo de bomberos.
Puntos dentro del episodio privado
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¿Valores construidos desde estrategias de evitación?
No es lo mismo un ámbito que un valor
Explorar tu vida en busca de un sentido
Cultivar valores en momentos de crisis
Conflicto entre valores
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Hoy te recomiendo
Ya sabéis que suelo darle importancia a otros aspectos de la salud y que muchas veces recomiendo hacer unas analíticas a mis consultantes cuando vienen a terapia. Es necesario descartar factores médicos antes de empezar a trabajar el comportamiento y, áreas como la alimentación son muy importantes, siempre y cuando se haga de forma flexible.
Por eso hoy quiero recomendarte la newsletter de Alfredo:
Me gusta la forma en la que aborda la alimentación y creo que este finde probaré alguna de sus recetas.
(Esta es una colaboración cruzada que hago con personas afines a mí).
¡Abrazos!
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