Si por mi motivación a corto plazo fuera, probablemente ahora mismo estaría en el paseo marítimo dando una vuelta con el solecito que hace. Pero tenía programado escribir esta newsletter y conforme mis dedos se mueven y mis pensamientos fluyen, la motivación que experimentaba con salir a la calle se diluye, mientras que la que suelo sentir cuando escribo aparece con más fuerza.
¿Qué es la motivación?
No voy a explicarte esto de forma literal, para eso ya tienes a ChatGPT…
Piensa en la última vez que organizaste una cena con tu gente. Esto es un verdadero esfuerzo, sobre todo si tus amigos son los míos…
Pero a tu mente vienen ideas (a veces no concretas) sobre situaciones que suelen gustarte. Ya sea por la comida que se sirve en el lugar o por las conversaciones que puedas tener con una cierta persona. Y si todo esto resuena con la suficiente fuerza en ti, lo más probable es que te aventures a organizar el evento.
Lo que ocurre es que esto de las ganas funcionan como un golpe en la rodilla.
Ayer estaba en casa de mis padres comiendo y tuve la agilidad suficiente como para darme tremenda hostia con la mesa de acero que mi madre pidió forjar a los enanos de Moria.
El dolor fue lo suficientemente intenso como para que lo recuerde hoy, pero poco a poco se va diluyendo hasta que, con suerte, desaparece.
Como te he dicho, el dolor perdura en mi cabeza y probablemente haga que la próxima vez que esté en casa de mis padres me mueva como Catherin Zeta Jones en La Trampa.
Eso quiere decir que tendré motivación suficiente como para prestar atención a mi cuerpo cuando decida acercarme a esa mesa forjada por el demonio.
La motivación se consigue a base de recompensas y de castigos, pero eso no evita que dicha motivación pueda desaparecer con el tiempo. Y por ello nada me asegura que en el futuro no vuelva a darme un golpe otra vez.
Por lo tanto, y volviendo al ejemplo de la cena que te mencionaba, si hace mucho tiempo que no quedas con tus amistades o que no sales a comer fuera, lo más probable es que te sientas algo desconectado de esa motivación. Incluso puede que olvides que tienes la posibilidad de quedar con gente, o que incluso tienes amigos…
Las ganas no deberían ser el único motivo
Los animalitos se mueven a corto plazo y a veces hay que obligarlos a que salgan de debajo de la cama para sacarlo a la calle, aunque eso sea lo que les gusta.
Pero tú tienes la capacidad de imaginar y de conectar símbolos, tienes la capacidad de obedecer a reglas más complejas que la de:
Lo hago sólo si me apetece
Bueno, habrá momentos en los que esa regla esté bien, pero si es la única que sigues, probablemente acabes muy lejos de una vida con propósito.
¿Propósito? Un propósito no es más que otro golpe en la rodilla… Si llevas mucho tiempo sin sentir uno, es probable que te cueste recordarlo.
Pero antes de hablarte de valores, deja que volvamos al ejemplo de la cena…
Supón que sigues organizando ese encuentro como si fueras un project manager a punto de explotar por burnout… Pero a medida que gestionando, se va acercando el día y la potencia de la posible recompensa se dispara. Has elegido ir a tu pizzería favorita.
Cuando por fin estás allí sentado, hueles la comida y comienzas a salivar… Quieres que te traigan ya la carta o no respondes de tus actos.
¿Pero esto cómo va a ser? Hace 5 minutos estabas refunfuñando porque la gente llegaba tarde, pero ahora estás la mar de contento porque por fin vas a comerte esa pizza con la que estuviste soñando anoche.
¿Tus amigos? Llegan cada uno con una sonrisa en la cara y diciendo las tonterías con las que te lo sueles pasar bien.
Os lo estáis pasando tan bien que ya os ponéis a organizar la siguiente, las recompensas del presente incentivan las posibles recompensas del futuro. Incluso te hacen olvidar los sacrificios del pasado.
No siempre sale a la primera
Seguro que alguna vez te has dicho cosas como “ojalá tener la motivación que tiene mucha gente para hacer deporte.”
El problema es que para llegar a esa motivación necesitas:
Exponerte MUCHAS veces a ciertos miedos
Renunciar a otras cosas que te motivan más
Empezar a sentir los primeros beneficios
Y para llegar ahí, necesitas muchos intentos…
Muchos intentos que probablemente se verán castigados por lo desagradable que es irte (por ejemplo) al gimnasio.
Como mucho, podrás sentir la gratificación de haber conseguido algo que querías, pero puede que no sea suficiente…
Al final acabas volviendo a tu espiral de siempre y esto de hacer deporte queda en una fantasía lejana.
Necesitarás muchas repeticiones hasta que acabes de conectar el para qué de todo ese sufrimiento. Y si ya me llevas leyendo un tiempo, sabrás que los “paraqués” más importantes son nuestros valores.
Siempre nos quedarán los valores
Los valores son nuestra brújula, y por mucho tiempo que vivamos desconectados de algunas actividades, siempre estarán latentes en nuestra piel.
Imagina que un ser querido se muda y te pide ayuda para descargar cajas. Probablemente, hagas más ejercicio ahí que en el gimnasio, pero como para ti es fundamental servir de ayuda a tus seres queridos, ahí que vas como si fuera una clase de CrossFit.
No sé si habrás visto el video de las personas después de subir el Monte Taishan en China. Más de 7000 escalones que hacen que sus piernas se fatiguen y tiemblen de una forma muy loca. ¿Por qué lo hacen? Lo has adivinado, por las risas… Y también porque recibirán una bendición de los dioses, porque lo hace todo el mundo y porque probablemente quedarás deshonrado de por vida si no lo haces. Pero sobre todo, por las risas…
Sea como sea, tener claro el para qué de lo que haces ayuda mucho, pero a veces ese para qué sólo se descubre haciendo.
En terapia siempre digo que cuando estamos en un contexto deprimido, nuestros primeros intentos de activarnos serán tiros al aire para encontrar qué actividades resuenan más con nuestros valores.
Si tu intención es hacer deporte, necesitarás entender bien para qué lo haces. Y puede que sólo lo descubras mientras lo haces. Yo te puedo dar este argumento:
Hacer deporte supone cuidar tu cuerpo y necesitas un cuerpo sano para poder hacer los planes que quieres. Además, hay gente que te quiere siendo más feliz por verte sano.
La salud es imprescindible para poder cuidar nuestros valores y si llegas a conectar todo de verdad, te aseguro que será más fácil sentir motivación ante lo que, a priori, parece un sacrificio.
Tengo que decirte que desde que hago deporte yo me siento con mucha más energía en el día a día. E ir con el depósito lleno te da mucha libertad para ir a donde quieres. Pero de todo esto me doy cuenta ahora…
¿De qué te darás cuenta tú la próxima vez que te muevas?
Aiuda
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Podcast privado y sesión en directo
Ya sabes, si tienes una suscripción activa, puedes escuchar el episodio donde te extiendo los siguientes puntos
¿De dónde sale la motivación?
Perfeccionismo y motivación
Los valores constantes cuando la motivación es intermitente
Interferencias en nuestras motivaciones y desconexión de las mismas
¿Reconectar con la motivación?
¿Y la motivación con algo que nunca fue motivador?
Nos vemos este viernes 26 a las 12:00 para hablar de motivación y valores.
Te voy dejando por aquí el enlace a la sesión de este viernes. Esta vez voy a usar otra herramienta que graba mejor. No requiere que te instales nada.
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